¡¡Hoy los mayores han estado leyendo con los más peques este cuento!! Consiguieron que les prestasen atención y fueron profes de los más pequeños. Esta fue la lectura:
El príncipe más alto
Había una vez, en un lejano reino, un príncipe al que le gustaba estudiar las estrellas. Para verlas mejor, siempre andaba de puntillas, con el cuello estirado y la nariz apuntando al cielo.
De tanto estirarse y andar de puntillas, empezó a crecer y a crecer. En poco tiempo se convirtió en el príncipe más alto del mundo.
Sus padres se preocuparon al ver que el príncipe se pasaba el día dándose con las enormes lámparas de palacio y que debía caminar agachado por los pasillos reales. Así que le pidieron ayuda al sabio del reino. Y el sabio construyó un precioso telescopio para el príncipe. ¡Ahora podría estudiar las estrellas sin tener que levantar tanto la cabeza!
Desde entonces, el príncipe volvió a caminar con normalidad. Eso sí: sigue siendo el príncipe más alto del mundo.
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