Generamos esos pensamientos negativos por la forma en la que percibimos la realidad, ya que frente a los millones de estímulos que tenemos alrededor, elegimos los negativos frente a los positivos:
'Oh... he sacado solo un 5 en matemáticas.. ¡qué desastre!'. ¿Cómo que qué desastre?... ¡Has aprobado el examen!
Nos ocurren cosas buenas, agradables, pero no las valoramos lo suficiente: un día de sol, una comida rica, la conversación con una amiga...
¿QUE PODEMOS HACER?
El objetivo no es eliminar los pensamientos negativos , sino comprenderlos y crear alternativas.
Vamos a a buscar excepciones a esos pensamientos, crear contextos y ampliar el foco de tu atención para que puedas ganar perspectiva.
Por ejemplo, en vez de decir “soy tonto por sacar un 5 en el examen”,
Es más saludable decirte a ti mismo “la próxima vez tengo que prepararme con más tiempo”.
¿Empezamos?
¿QUÉ OS PARECE PROBAR CON EL FRASCO DE LA FELICIDAD?
Las personas que participen tienen que escribir en un papel qué es lo mejor que les ha pasado durante el día. Hablo de cosas sencillas, algo que salió mejor de lo que se pensabas, salir a dar un paseo, etc.
Después, este papelito se ha de doblar e introducir en el bote. Aunque parezca sorprendente, estas pequeñas frases se graban en el cerebro casi sin querer.
Cada cierto tiempo (3 meses), se abre el frasco y se leen todos los mensajes positivos de cuanto ha sucedido al grupo y familia durante los últimos tiempos.
Hacer un frasco de la felicidad es muy fácil. Os dejo este vídeo con un modelo donde reciclé un bote de cristal y lo pinté con pintura acrílica:
VISUALIZAR LOS PENSAMIENTOS NEGATIVOS COMO UNA RADIO
Visualizar los pensamientos negativos como si fueran una radio nos puede ayudar: podéis bajar el volumen hasta que no se escuche nada, poner “pause” o incluso pasar a la siguiente canción, bajar las revoluciones o subirlas como si fuera un disco rayado...
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